El lunes el gobierno emitió una nota de prensa en la que tras tres párrafos sin sustancia alguna, comentaba que se iban a recortar 10.000 millones de euros entre sanidad y educación en el año 2012. Después de semejante nota de prensa, nadie, absolutamente nadie del gobierno o del Partido Popular salía ante los medios para comentar la poda que estaban dispuestos a acometer al estado del bienestar.
Parece que las urnas nos han dejado un gobierno que se cree que puede hacer lo que le venga en gana olvidando que no está ahí para aplicar sus medidas sino para aplicar aquellas que llevaron ante los electores el 20 de noviembre. ¿Alguien recuerda que se hablase de copago en la campaña electoral? ¿Alguien recuerda que se hablase de una poda del 10% en sanidad y educación en un solo año? ¿Alguien recuerda algún gobierno que sea capaz de cambiar sus propios presupuestos en menos de una semana y sin convocar a la prensa para dar explicaciones?
Nuestro sistema electoral hace verdades barbaridades en algunas ocasiones. En 2008, Zapatero gano las elecciones con 11.100.000 votos y no tuvo mayoría absoluta. Mariano Rajoy con 10.500.000 goza de uno de los apoyos más aplastantes de nuestra democracia. ¿Se cree este gobierno que las urnas le han dado el poder de hacer lo que le venga en gana? ¿Se cree el gobierno que puede cargarse el estado del bienestar, sin más, sin que nadie diga nada?
Si hay algo importante de cara al bienestar personal de los ciudadanos es la creencia que en los momentos más difíciles para nuestra salud no tendremos que preocuparnos por el dinero que nos vaya a costar. Somos conscientes de que pagaremos durante años a la seguridad social sin apenas hacer uso de ella. En el fondo, ninguno de nosotros queremos hacer uso del sistema de salud, pero estamos dispuestos a colaborar por el bien común. El copago, que no es más que un repago, viene a penalizar a aquellas personas con menos medios y en el fondo, es el más injusto de los canon que podamos imponer a la sociedad porque se está pagando un dinero que los grandes defraudadores no pagan. Las grandes fortunas casi no pagan impuestos, aquellas que bien podrían apretarse el cinturón en vez de ahogarnos al resto.
Pero qué decir de la educación. Si algo iguala a todos los ciudadanos es saber que tendremos las mismas oportunidades de éxito en la vida. Si nuestro éxito personal depende del dinero que tenga nuestra familia para pagarnos un buen colegio volveremos al siglo XIX. Hay quien dirá que no se va a obligar a nadie a pagar por la educación pública y es cierto, pero desde luego, si se baja la asignación a esta partida empeoraremos la educación pública de manera irremediable. ¿Acaso dirán que es mejor tener clases con 40 o 50 alumnos como en los años 60? ¿Acaso los “ricos” llevaran a sus hijos a colegios de elite mientras los ciudadanos que casi no lleguen a fin de mes estarán condenados a una educación deficiente por falta de esos medios económicos que no proveen los más ricos. En el fondo, se está propugnando la vuelta a la ley del mas fuerte.
Hay quien dirá que el PSOE lo ha dejado todo muy mal y no que queda más remedio que pasar la tijera. Podría ser, pero es obligación del gobierno solucionar los problemas, no cortar por lo sano. Para realizar estas medidas no necesitamos ningún gobierno democrático, bien nos podría valer el gobierno que tiene Italia, donde incluso se dan más explicaciones que en España. ¿No se pueden subir los impuestos? ¿No se puede reducir el gasto de Defensa? ¿No se pueden eliminar cargos públicos que no valen más que para colocar a los más próximos? ¿No se pueden cerrar aeropuertos que ni siquiera tienen licencia de operaciones? No, es más fácil decir que los demás lo han hecho muy mal para hacer lo que nos venga en gana y arrasar con los grandes avances sociales de este país.
Una lástima
